viernes, 13 de mayo de 2016
3.- ¿Por qué Fernando Clavijo está harto de la presión de Ana Oramas y ya lo
dice por ahí? Es que es muy pesada esta señora. Su menudencia tiene
cabreado al equipo fernandino, porque quiere mandar, es una gobernosa. Y
ahora tendrá que ser más parca en el gasto porque a su marido, Pablo Nieto,
un privilegiado donde los haya, lo largan de la empresa pública Visocán, como
estamos publicando aquí. La verdad es que trabajador, lo que se dice
trabajador, este señor Nieto no es. Vino aquí de la Godilandia y encontró un
chollo quíquere. Y se quedó, claro. Como aquellos alféreces de milicias que
venían a Canarias a hacer las prácticas, marcaban paquete en el Club Náutico
–donde entraban de estránguilis–, hablaban muy alto, como quienes no
hubieran albergado la duda, y se ligaban a las mejores hembras del país, se
casaban con ellas y se enchufaban en la refinería. Qué país, Miquelarena, qué
país.
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